El respeto es esa virtud que nos permite valorar a las personas y darles un trato justo y digno. Si comprendiéramos en profundidad lo que significa el respeto, le daríamos a cada persona (sea quien sea) un trato justo y amable. Dicho de otra forma, si reconociéramos el valor que tiene cada persona, la trataríamos con profundo respeto. Me hace pensar en lo que Dios le dice a Moisés en el encuentro en el zarza ardiente: “Quítate las sandalias porque el lugar que pisas es tierra sagrada” (Ex 3,5). Cada que estemos en frente de alguien deberíamos asombrarnos y “quitarnos las sandalias”, porque cada persona es “tierra sagrada”.
El respeto nos permite también valorar el esfuerzo que otros realizan para hacer de nuestro entorno un lugar agradable (en casa, en la escuela y en el trabajo). Seguramente cada día encontramos en casa, en la escuela o en el trabajo, un espacio digno para estar. Mamá o papá disponiendo en casa los lugares donde convivimos; en el Colegio las personas que nos ayudan a mantener limpias las instalaciones… Antes de estar en el lugar donde ahora estás, alguien se ha esforzado para brindarte ese espacio. Agradezcamos lo que los demás hacen para hacer de nuestro entorno un lugar agradable. Una manera de agradecer es respetar, cuidar, mantener limpio y ordenado el lugar que hemos ocupado.
El respeto también nos permite valorar los bienes materiales, sean nuestros o no, para cuidarlos y darles un uso correcto. Hemos adquirido una “cultura de lo desechable”, no valoramos las cosas en su justa medida. Quizá porque tenemos en el entorno un montón de cosas desechables, quizá porque no les hemos enseñado a nuestros hijos el valor de las cosas. Sorprende ver cómo niños y adolescentes no valoran sus bienes materiales y mucho menos valoran las pertenencias de los demás o las cosas que son de uso común. Acciones que vemos en el Colegio: el cúmulo de cosas perdidas, alumnos que rompen sus colores o lápices o que desperdician sus materiales, están también los que toman las pertenencias de otros, o los que pintan o rayan la mesa donde trabajan.
El respeto nos lleva a respetar lugares o espacios comunes. Algunas personas, carentes de sentido comunitario o quizá con un pobre sentido de pertenencia, no solo no cuidan los espacios comunes, sino que además los maltratan. Signos como utilizar mesas en el comedor y dejarlas sucias, comer en las gradas y dejar basura, salir del salón y dejar las luces encendidas, etc. son claras muestras de falta de respeto.
El respeto es una virtud esencial en la propuesta educativa de nuestro Colegio Plenus. Procuramos que cada uno se reconozca en toda su valía y promovemos la formación de un ambiente comunitario, para desarrollar el sentido del otro y el sentido de pertenencia, con el fin de favorecer el respeto a uno mismo, el respeto a los demás y el respeto a los bienes y espacios comunes.